De vez
en cuando, algunas noches se me antoja
decirte
que te amo.
Tomo el
teléfono, mis manos temblorosas
lo
sostienen con un poco de inseguridad.
El
timbre suena una, dos, tres veces
y logro
escuchar tu voz medio dormido.
Me
arrepiento y cuelgo.
De vez
en cuando, algunas mañanas se me
Intento
llamarte nuevamente, pero esta vez
me
arrepiento antes de marcar.
Miro la
computadora y estás ahí, en el mundo cibernético.
Te
hablo por cualquier excusa tonta y absurda.
Finalmente
no te digo nada.
De vez
en cuando, se me antoja buscarte.
Sentir
tus brazos envolviendo los míos
Y tus
labios musitándome cuentos azulados.
De vez
en cuando tengo sed de tus besos,
escribo
tu nombre en la corteza de algunos
árboles,
hago
hoyos en la tierra esperando tu aparición repentina,
me desaparezco
ante una ilusión que parece cada día más lejana.
De vez
en cuando me desespero y te enloquezco ante un juego
de palabras
irracionales,
frases
gritadas en busca de una señal de humo,
del simple
hecho de saber que aún estás ahí,
que aún
existís en mi mundo.
De vez
en cuando te dibujo en mi pared
y
escribo relatos fantasiosos con tu nombre
en mi
cuaderno de poesía.
De vez
en cuando sueño con vos, casi todas las noches.
y
muchas de esas ocasiones me gustaría quedarme
con los
ojos cerrados durante muchas horas.
De vez
en cuando te extraño y cuando no te extraño,
es porque
te estoy amando con más intensidad.
De vez
en cuando me desvelo escribiendo esta poesía
sin rima,
observando las dos estrellas alineadas y
suspirando
tu nombre en silencio.


